La trampa del éxito

respira

Hacía mucho tiempo que quería escribir sobre algo que realmente resonara conmigo. Hoy me siento enfrente del ordenador con el papel en blanco y me cuestiono lo siguiente: Qué es el éxito y como esta palabra ó la mala interpretación de la misma ha influido en la infelicidad de tantas y tantas personas.

Me paro, observo y me doy cuenta que vivimos sometidos a la presión de una sociedad que nos marca unos estándares que en la mayoría de los casos nos separa de nuestra propia esencia, de nuestra alma y de nuestro corazón. Pero a la vez; nos hace pertenecer a grupos para , de esta forma, ser aceptados y reconocidos.
Así es como entramos en el bucle de vivir en un mundo que nos alienta a conseguir millones de cosas (ya que se supone, tenemos la libertad de elegir) pero lo que acaba por suceder es que lo que logramos no nos hace ser mas felices.

¿Qué nos está pasando? Vivimos en una sociedad dónde tenemos más comodidades y mas cosas materiales que nunca. Sin embargo y a la misma velocidad que obtenemos esas cosas, sube el consumo de ansiolíticos y antidepresivos para tapar los vacíos y la insatisfacción. Nos hemos convertido en un país de “pastilleros” y la única respuesta que encuentro es que hacemos y conseguimos retos y objetivos materiales sin encontrarle el sentido. Y es en ese camino, dónde no obtenemos ese sentido, donde empezamos el viaje de tener que demostrar a otros y de buscar el reconocimiento externo. Para ello, pagamos un precio altísimo sin entender que el mayor tesoro está en la aceptación y el amor a uno mismo. Para mí, ese es el verdadero éxito: el poder mirarte el espejo y amar, aceptar la persona que ves por encima de todo.
Yo empecé la carrera hacia lo que en aquella época entendía como éxito a los veinte años.Inicié una Marathon sin tregua durante otros veinte años para llegar a lo que yo creía que la sociedad y la gente que me quería esperaba de mi que era: tener un súper trabajo, con un súper sueldo para poder adquirir un montón de súper cosas. Pero en todo este camino me perdí tanto que un día me miré al espejo y no reconocía a la persona que veía reflejada. Lo más triste es que no lograba aceptarme y quererme con toda mi esencia, siempre pensaba que tenia que ser más perfecta, más guapa y más auténtica…

Y allí, por primera vez, pude reconocer y encontrarme con el vacío que había intentado tapar toda mi vida llenándola de cosas materiales y de acciones sin sentido. En ese momento comencé el camino de buscar el sentido de crear mi vida con una única pretensión: Ser feliz a mi manera sin condicionamientos externos.

En el 2012 dejé el cargo de Directiva de una multinacional y emprendí lo que yo llamo mi gran viaje y mi gran salto sin red: El encuentro y la aceptación de mi misma. Para hacer este viaje sólo hay un ingrediente necesario, el cual es elegir el camino del corazón dejando atrás el de la mente y la razón. Te preguntarás ¿Cúal es el camino del corazón? Pues el único que te permite quitarte la coraza, el único que te permite mirarte sin juzgarte y tratarte con cariño.

Llevo tres años desde que decidí reinventarme y desaprender tantas cosas a las que estaba apegada y que me impedían ver la inmensidad de todo lo bello que nos rodea que pocas veces tiene que ver con las cosas materiales…

Al parar; tomé conciencia de todos los colores maravillosos del universo, pude pararme a oler las flores, a sentir la hierba mojada en mis pies, a correr bajo la lluvia sintiendo como las gotas de aguas golpeaban mi cara y solo en ese preciso momento me sentí viva de verdad. Solo, desde ese lugar, pude entender el sentido de mi vida: Tenía que dejar de hacer y concentrarme en Ser.
Fué en ese momento cuando empecé a crear mi vida desde la autenticidad desapegándome de mi ego y de los juicios.

Hoy puedo decir que estoy aquí mirándome al espejo y abrazo en su totalidad a la persona que veo reflejada, y como dice un texto del Guerrero de la luz : “Llevo conmigo las marcas y las cicatrices de los combates, ellos son testimonio de lo que viví y recompensa de lo que conquisté. Son estas marcas y cicatrices queridas las que abrirán las puertas del paraíso”.
Es por eso que hoy quiero hacer una declaración para todos los que os hayáis tomado este tiempo para leerme: Dejad de buscar la luz fuera, dejad de malgastar vuestra energía en vivir apegados a cosas y personas que no os hacen falta, dejad de tomaros la vida tan en serio, abrazad y amad vuestra sombra porque sólo en ese preciso momento podréis ver la inmensidad de la luz de vuestra alma…¿Aceptáis el reto?

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